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"La tesis de Fukuyama es el fruto del debate entre Strauss y Kojève"

13 de junio de 2014

Israel Sanmartín Barros,profesor de Historia en la USC, tutor del Centro Asociado, especialista en Historia Medieval, Historiografía y teoría de la historia, reflexiona entorno al “fin de la historia” anunciado por Fukuyama.

Israel Sanmartín Barros esprofesor-investigador contratado “Parga Pondal” de Historia Medieval en la Universidad de Santiago de Compostela. Ha impartido la octava charla del ciclo Las frases de los filósofos, que se celebra en la UNED de Coruña de febrero a mayo de 2014. En su intervención ha explicado el sentido de la expresión“el fin de la historia”de Francis Fukuyama. La charla ha podido seguirse también por streaming.

P. Gracias por su participación en el ciclo.¿Podría darnos alguna información sobre quién es Fukuyama?

R.Francis Fukuyama es un filósofo político estadounidense que trabajó durante la Guerra Fría en diferentes ThinkTanks, especialmente en la Rand Corporation, donde era un sovietólogo dedicado a estudiar cuestiones estratégicas y económicas de las pequeñas repúblicas soviéticas. Más tarde entraría a formar parte del Departamento de Estado del presidente republicano George Bush (padre). Desde allí, y gracias al apoyo de la Olin Foundation, Fukuyama fue capaz de construir su tesis de “el fin de la Historia”, primero en su artículo “¿El fin de la historia?” de 1989 y más tarde en su libro “El fin de la historia y el último hombre” de 1992, que complementaría con tres o cuatro monografías más. La dimensión de su tesis fue mundial, y su confrontación con la idea de Samuel Huntington de “El choque de civilizaciones” le dio dimensión universal. Además es el autor de una ruptura dentro del neoconservadurismo tras la invasión Irak.

P.Qué significa en realidad la tesis de “el fin de la Historia” en boca de Fukuyama?

R.La tesis de “el fin de la Historia” significa colocar a la ideología como motor de la historia. Para Fukuyama la caída del comunismo supondría el fin de la evolución ideológica de la humanidad. Hay que darse cuenta de una cosa. Que Fukuyama se refiere a la H-historia con “H” mayúscula, que es eso que acabamos de decir, la evolución ideológica de la humanidad. Frente a esta H-historia tenemos la h-historia con “h”, que es la mera sucesión de acontecimientos. La relación entre ambas ocupa un buen trecho de la discusión que propone Fukuyama.

P. Eso es lo que estudia usted en su libro publicado en la editorial Akal:“Entre dos siglos: globalización y pensamiento único”.

R. Efectivamente, en ese libro trabajo con la h-historia y la H-historia, y cómo toma cuerpo en sus diferentes pensamientos teleológicos, tanto desde la derecha como desde la izquierda. La conclusión que podemos sacar es que ambas se posicionan de forma dogmática y no buscan el diálogo. Como se puede ver hoy en día, las posiciones políticas son en buena medida irreconciliables, aunque después se solidifiquen y se aproximen gracias a las políticas económicas. La falta de consensos y de cesiones, así como de conexiones con los gobernados, son esenciales para el futuro.

P.¿Es Fukuyama un representante del llamado pensamiento neoconservador?

R.Sí, podemos considerar a Fukuyama un “neoconservador”. Viene de una larga estirpe depensadores que habían sido trotskistas pero en un momento dado se ven“asaltados” por la realidad y en los años 50 deciden formar un grupo que se denominará “neoconservadores”, que es un nombre que se pone desde la izquierda y que muchos de ellos asumen. En un principio se aglutinan alrededor de la revista PublicInterest, con algunos autores como Irving Kristol a la cabeza, quien ejerce de libelista en los medios de comunicación. Leo Strauss sería la parte intelectual y Martin Lipset el flanco sociológico. Fukuyama, años después, es uno de los autores que recogen todo ese legado y que se ven impulsados con la llegada de Reagan al poder. En ese momento muchos “neocons” ven cómo sus carreras toman una nueva dimensión, especialmente en la sovietología, las relaciones internacionales y el pensamiento geoestratégico.

P.¿Fukuyama ha negado con el tiempo su tesis?

R.Fukuyama sólo tuvo un momento de duda, y fue en el año 1998 con el colapso de Rusia y su bache económico, que casi le lleva a la vuelta al comunismo. Más allá de eso, Fukuyama siempre ha lanzado el órdago a quien quiera que niegue su tesis, que consiste en que la democracia liberal es el mejor de los regímenes posibles.

P.¿Y es así?

R.Tenemos que tener cuidado con las preguntas. No nos podemos hacer determinadas preguntas para responder de esa forma. Es decir, es una pregunta tramposa. Si yo reto a alguien a negar que el cielo es azul, es como un juego. En el momento actual vivimos en un sistema capitalista donde habitan las democracias liberales y el libre comercio, y donde se da el secuestro de la democracia por las grandes instituciones internacionales, así como la debilidad de la sociedad civil para conformar una alternativa creíble. Se está contestando a la pregunta de Fukuyama con simple dogmatismo. Las alternativas que se están construyendo, sobre todo por parte de ciertas políticas transformadoras, son deudoras, como el capitalismo, de la modernidad. Por ahí es por donde tenemos que empezar.

P.Explíquese, por favor…

R.Tenemos que repensar la modernidad como ya están haciendo desde hace años Habermas, Beck,Bauman, pero también tenemos que darle una dimensión práctica a ese pensamiento. Tenemos que chequear todo el pensamiento teleológico y la construcción de relatos con un fin que actúe de generador externo del desarrollo histórico. Tenemos que cambiar el contexto, el marco, en el que funciona todo, sino estamos atrapados en la propuesta de Fukuyama. No podemos utilizar sus mismas armas.

P.¿Cómo han recibido los historiadores a Fukuyama?

R.Pues lo han recibido con mucho enojo, aunque toda la escuela de la New LeftReview y los marxistas británicos lo recibieron con expectación, y los estimuló para reflexionar sobre el marxismo, puesto que la tesis oculta de Fukuyama es que el marxismo y el socialismo están muertos.

P.¿No es un contrasentido?

R.No. Fukuyama utiliza el pensamiento hegeliano a través de un intérprete marxista que se llamaba Alexandre Kojéve. Un autor de origen ruso que desarrolló su actividad académica en la EHESS de París, y que después de la II Guerra Mundial fue uno de los arquitectos del GATT y de la propia UE. Kojève era un hombre de acción, comprometido con su tiempo.

P.Es sorprendente que Fukuyama recurra a un autor de ese perfil.

R.Kojève es un autor un tanto oscuro y con diferentes etapas ideológicas en su vida. El contrapunto de Kojève es Leo Strauss, la otra gran influencia de Fukuyama. Un autor que vivía enclaustrado en la Universidad de Chicago y cuya influencia es clave para entender el neocoservadurismo. Toda la idea de la democracia liberal como una religión, los tintes morales y el entendimiento de la vida a partir de la exégesis de los autores clásicos (Platón, Hobbes o Maquiavelo) son fundamentales para entender a Fukuyama. La tesis de Fukuyama es el fruto de la tensión entre Strauss y Kojève, quienes se conocieron en el Berlín de los años 30 y ya nunca dejarían de tener contacto. Sus debates y sus diálogos sobre la tiranía y sobre algunos autores como Jenofonte marcan el pensamiento de Fukuyama.

P.Entonces Fukuyama no es hegeliano…

R.No, es kojèviano y straussiano. Es kojèviano en el sentido de que se compromete con su tiempo, y es straussiano porque, a pesar de creer en las bondades de la democracia liberal, ve en ella una “animalización” del hombre. Ve en la época del fin de la historia el nacimiento del “último hombre” nietzcheano, un individuo únicamente preocupado de su hedonismo y de consumir. La tensión entre moderno y antimoderno, o entre lo nuevo y lo antiguo, es fundamental en Fukuyama.

P.Por último, ¿podemos decir que la obra de Fukuyama tiene alguna trascendencia historiográfica?

R.Desde luego. Es un apuntalamiento de la idea moderna de la historia, la política y las relaciones internacionales. Además de utilizar la idea de progreso asociada a la economía y el “deseo de reconocimiento” kojèviano-hegeliano. Esos debates, unidos a los de la apuesta por la creación de meta-relatos gracias a organizadores externos, hacen de la obra de Fukuyama la generadora, no sólo del propio pensamiento de la globalización, sino de toda una serie de pensamientos estructurales sobre cómo evoluciona la historia,a dónde va y cómo se construye: occidentalista, imperalista, etc.

Texto e imagen: Julio Ostalé García. Profesor tutor del Centro Asociado UNED-A Coruña y director del ciclo.

Página web del Ciclo "Las frases de los filósofos"

Blog del Ciclo de Filosofía

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