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Campus UNED

"La emoción es la punta del iceberg de un continuum"

29 de junio de 2015

Francisco Javier Domínguez, durante su exposición en el Curso de Verano "Emociones positivas".

Esta tarde se inauguraron oficialmente los Cursos de Verano en el Centro Asociado UNED A Coruña. Germán Carro, director de esta institución académica, acompañado por Francisco Javier Domínguez Sánchez, profesor de Psicología de la UNED y director de este primer curso "Emociones Positivas", y por Ángeles Amor García, coordinadora de esta actividad formativa.

Francisco Javier Domínguez es doctor en Psicología (Universidad Complutense de Madrid, 1990). Es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, Sección Psicología (Universidad de Salamanca, 1984). Especialista en Psicología Clínica, sus áreas de investigación son la interacción emoción-cognición, la psicofisiología y neuropsicología de la emoción y la evaluación y medida de los procesos emocionales.

Comenzó el turno de ponencia con su exposición: "¿Qué son las emociones positivas?" Presentación que en sus palabras, "sería un esquema general que tocará aspectos que desarrollarán el resto de ponentes a lo largo del curso".

"Lo cierto -comenzaba- es que las emociones no han sido de especial interés en el mundo de la psicología". Si se hiciese un análisis del número de publicaciones científicas que abordan las emociones en los últimos años, se advertiría que en torno a 1970 y 1975, -fecha en la aparece un número interesante de públicaciones científicas- son en el área de las emociones negativas. No ocurrió lo mismo con las positivas, fue necesario esperar hasta el año 2005 para disponder de estudios en este terreno.

Esta disonancia se debe, entre otros motivos -como apuntó Domínguez- a la pérdida del estado de bienestar; la enfermedad mental...

Durante la exposición se profundizó en el proceso emocional y describió los tipos de emociones. "Dentro de las emociones básicas, -explicaba al aforo- se pueden encontrar la sorpresa, el asco el miedo, la alegría, la tristeza y la ira". Estas emociones tienen un alto componente genético; son heredadas, no se aprenden y su expresión facial es muy expresiva.

Abordó el profesor las emociones secundarias: ansiedad, hostilidad, felicidad, humor, amor, culpa, vergüenza o el orgullo. Emociones que requieren de aprendizaje y experiencia individual, no tienen expresión facial y no se afrontan de una forma específica.

Dentro de la orientación categorial pueden distinguirse las positivas: felicidad, alegría, amor y humor, donde el factor desencadenante de todas ellas es el logro de una meta, las experiencias positivas o la atenuación de contingencias negativas.

Las emociones negativas como el miedo, la ira, la tristeza, la ansiedad o el asco. Emociones que movilizan gran cantidad de recursos y donde se da antes la respuesta que la emoción derivada. Se producen por el bloqueo de una meta, una amenaza o la pérdida de un reforzador.

Por último, y como ejemplo de emoción neutra, Francisco Javier Domínguez habló de la sorpresa. Estas emociones neutras no tienen una valencia clara; positiva o negativa, nada más que favorecer el desarrollo rápido de otra emoción.

Una visión general del área de las emociones. Una presentación que causó gran interés entre los asistentes, a la vista del nutrido número de preguntas que formularon y que agotaron el tiempo en esta primera sesión.

Enrique García Fernández-Abascal ha dedicado alrededor de treinta años al servicio del estudio de las emociones. Sus comienzos en la actividad académica fueron en la Universidad Complutense de Madrid, posteriormente estuvo en la Universidad de Cantabria para trasladar su docencia y finalmente a la UNED. Donde permanece desde el año 2000 en la Facultad de Psicología.

Autor de artículos científicos, ha publicado más de una veintena de libros especializados en el campo de la Psicología, en concreto en el área de la Motivación, la Emoción, Estrés, la Creatividad etc..

Su ponencia "Recursos que aportan las emociones positivas", cerró la segunda parte del curso esta tarde.

"El logotipo de las emociones positivas, es la sonrisa". Así comenzaba García Fernández-Abascal su intervención.

Estas emociones, conocidas en su origen como "bono extra" frente a la clara delimitación de las negativas, se han hecho de rogar, en su estudio y profundización. A pesar de que nuestro cebrero, este especialmente diseñado y construido para las emociones positivas.

"Lo cierto -apuntaba García- es que el reconocimiento de las emociones por el ser humano, permite su capacidad evolutiva".

Mencionó igualmente a las "neuronas espejo" como responsables de hacernos tremendamente empáticos; no únicamente reconocer las emociones, sino sentirlas. Así como el desarrollo del proceso motivacional, espacio donde nos aproximamos a lo agradable y evitamos lo potencialmente desagradable. Es entre estos dos ejes: aproximación y evitación, donde se se crea el mundo de las emociones.

Por otro lado y en relación a las emociones negativas, Enrique García comentó que éstas son imprescindibles para vivir y vienen genéticamente cerradas. "Si bien es cierto -comentaba- el afecto positivo hay que aprenderlo y nunca es tarde".

Sesión muy positiva en el turno de preguntas en la que participaron activamente, tanto alumnos presenciales como los que seguían las ponencias por streaming.

Más información del curso aquí.

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