Vita Martínez Vérez, es profesora tutora del Centro Asociado UNED A Coruña. Diplomada en Trabajo Social y Doctora en Sociología, durante años trabajó en el ámbito de lo comunitario, generando vínculos y experiencias afectivas en entornos críticos y desfavorecidos. Actualmente, es profesora en el C.I.F.P. Ánxel Casal (Montealto). Ejerce su labor profesional en el Ciclo Superior de Educación Infantil y en el grado deTrabajo Social.
Su tesis doctoral "Los cuidadores informales en la enfermedad de Alzheimer. Procesos, claves y alternativas”, fue realizada y presentada en la Universidad de A Coruña en el año 2011.
Ha firmado, tanto de forma individual como colectiva, diferentes publicaciones relacionadas con los procesos socializadores.
Alzheimer, alcohol, adolescencia, mujeres y violencia doméstica. Su área de trabajo es muy extensa y prolífica, ¿cuál diría que es su especialidad o a cuál le ha dedicado más horas de estudio y trabajo?
Mi historia de vida laboral comenzó antes de lo previsto.
Completé los estudios de trabajo social con veinte años y a los veintiuno ya estaba en la administración.
A partir de ahí y hasta los 33 trabajé en diferentes áreas sociales, como la atención a la mujer, los servicios sociales comunitarios y las personas mayores.
Cuando terminé la diplomatura, era joven, y me parecía que sabía muy poco (aún ahora me lo parece). Necesitaba conocer y profundizar acerca de determinadas cuestiones para comprender el mundo. Siempre me gusto "pensar pensamientos" (parece una redundancia, pero no lo es). Por eso estudié sociología y me doctoré en esa área de conocimiento.
Hoy en día sé que no formo parte del mundo, sino que soy en él. Con los años comprendí que soy construida por todo aquello que construyo y que soy responsable de cada construcción, me guste o no. El papel del actor social es fundamental en el curso de la historia humana.
En cualquier caso, en la elección de mis líneas de investigación, intervinieron factores emocionales.
Mis dos abuelas padecieron la enfermedad de Alzheimer, y en ambos casos, la familia las cuidó durante todo el proceso. Mi abuela María convivió 14 años con la enfermedad y me pareció que ese cuidado era tan importante o más que los goles de Messi, así que pensé en investigar el papel del cuidado familiar desde una perspectiva de género. Aprendí muchas cosas importantes, entre ellas, que la gratitud expresada en la mirada, en el reconocimiento de las pisadas y en la identificación de la voz, era lo que más valoraban los cuidadores, y entonces pensé que es "el otro", quien nos construye.
A partir de aquí, mi investigación empezó a centrarse en la construcción del yo en relación con el lugar que ocupamos en los otros, esto es la alteridad.
De todas estas áreas, ¿cuál es la que necesita de más amparo estatal o cuál es la menos protegida por los poderes públicos?
Creo que los poderes públicos no saben escuchar.
Durante estos años hemos convivido con una crisis económica de consecuencias impredecibles. Asistimos al desmantelamiento progresivo del sistema de bienestar y eso tiene un coste humano muy importante. Todos lo notamos, pero las personas vulnerables, aún más todavía.
Poco a poco, nos acostumbramos a desayunar palabras antes desconocidas, como desahucio, deuda, quita, e incluso, durante meses, vivimos pendientes de la prima de riesgo. Fue un proceso duro y sentimos miedo. Dejamos de confiar.
El trabajo social cree que el papel de la profesión consiste en desaparecer, en no hacer falta, por eso insistimos en la prevención temprana de los factores de riesgo. Nunca hemos estado tan lejos de conseguir ese objetivo.
Piensa que una familia que ha sufrido un desahucio ha convivido con el miedo durante meses, se ha decepcionado al no encontrar trabajo, ha tenido que recurrir al sistema público, a la familia, a los amigos. Ha buscado soluciones que no han aparecido y se ha desilusionado al no encontrar. Finalmente, llega el desahucio, la búsqueda de una solución familiar alternativa, la decepción. Tanta desilusión hay que reubicarla y no sabemos cómo les va a afectar esa vivencia a los niños. Ahí está la prioridad.
Es necesario y urgente proteger a las familias, generando empleo y recursos sociales. La reconstrucción del sistema público de bienestar es un derecho al que no podemos renunciar.
Se dedica a la docencia. ¿Piensa que es desde las aulas donde se pueden cambiar estos problemas sociales?
La mirada de un profesor es importante, de algún modo te acompaña, sabe de ti, de tus inquietudes. Creo que un profesor que sabe sacar partido a la diferencia permite que las personas piensen por sí mismas. Todos somos raros y preciosos. Y todos, yo también, tenemos varias discapacidades invisibles, encontrar a un otro que te entienda y te permita ser en tu diferencia es fundamental.
En este sentido, los profesores de infantil y primaria son muy importantes. Recuerdo que Paulo Freire decía que la educación no cambia el mundo, sino que cambia a las personas que van a cambiar el mundo.
En mi caso, soy profesora de formación profesional y de universidad, y me siento en deuda con los maestros que me han precedido y con las familias. Sería injusto decir que mis alumnos son buenos en relación a mi trabajo. Es más, no sería cierto. Son buenos porque ya los son, vienen hechos así.
En sus clases en la UNED, ¿cuál diría que son las principales inquietudes de sus alumnos?
Los alumnos de la UNED son especiales. Tienen muchas inquietudes. La mayoría de ellos trabajan y además tienen familia. Necesitan tiempo para estudiar y valoran mucho lo que aprenden. Son gestores de oportunidad. Yo los admiro.
Estudian por interés real de conocimiento. Quieren aprobar y trabajar como todos los demás estudiantes, pero no renuncian a aprender de sí mismos.
Un año, tuvimos una alumna, Judith, estaba enferma. Tuvieron que practicarle una cirugía heroica programada después de los parciales, y falleció en la intervención. Pasaron los meses y, a final decurso, su madre nos contó que había aprobado los exámenes. Dijo: "Era feliz estudiando y viniendo aquí los martes por la tarde".
Sólo por conocer a Judith merece la pena ser profesora.
En este momento, ¿está pensando en ampliar más área de estudio? ¿Está trabajando en alguna publicación?
Sí tengo la mente inquieta. Soy así. En este momento tengo en cocina varios artículos que andan escribiéndose por ahí.
El año pasado tuvimos la oportunidad de organizar un curso que tuvo un gran impacto en la comunidad académica sobre la alteridad, y se está gestando una idea. Creemos que es un tema importante, en el que coincidimos muchas personas y que no se puede abandonar. Es una prioridad.
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